jueves, 16 de mayo de 2013

Article de psicologia infantil


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Los psicólogos y profesores nos encontramos a menudo en las consultas o en las aulas con menores que desafían de manera activa la autoridad, no siguen las reglas marcadas y parece que los castigos no les importan en absoluto. En muchos casos, estas conductas que confundimos con “típica rebeldía adolescente” pasa a convertirse en un Trastorno Negativista Desafiante, es decir, un patrón de conductas no cooperativas, irritables, hostiles hacia los padres, profesores y otras figuras de autoridad. Son niños y adolescentes provocadores que pierden el control con facilidad. A diferencia de otros trastornos no hay violación de las leyes ni los derechos de los demás.
Suele darse en el 2-16% de la población y suelen comenzar en un primer momento en el ambiente familiar y con el paso del tiempo ir desarrollándose en otros ambientes como el colegio entre otros. A pesar de tener un nivel de inteligencia adecuado, su nivel de rendimiento académico es bajo, ya que se niega a participar, se resisten ante las demandas externas e insisten en solucionar sus problemas sin la ayuda de los demás. Como consecuencias secundarias suelen tener baja autoestima, escasa tolerancia a la frustración, ánimo deprimido y estallidos de enojo.
A continuación detallamos unas pequeñas pautas que pueden seguir tanto los padres como los profesores para reeducar estas conductas problema y evitar que empeoren:
1- En primer lugar es importante establecer unas normas claras en casa: a menudo no comprendemos qué los menores piensan de manera diferente a los adultos y pensamos que las reglas que se sobrentienden ellos deben conocerlas. Recomendamos establecer unas reglas consensuadas por ambos progenitores y transmitírselas a los menores de la casa, incluyendo a aquellos hijos que no presenten estas conductas.
2- Es importante reforzar las conductas adecuadas: muchas veces cuando nos encontramos con este problema, sólo vemos las conductas negativas del menor, y la comunicación que mantenemos con él es para castigarle o regañarle. Debemos centrarnos más en aquellas conductas positivas que tenga el menor y transmitírselo a él, de esta manera favoreceremos la comunicación y la autoestima de nuestro hijo.
3- Contactar con el centro escolar y transmitirles esta situación.
4- Solicitar ayuda a profesionales para que puedan valorar la situación y den pautas más adecuadas al caso, de manera personalizada y adaptadas a las circunstancias del menor.

Miriam Martin Bernardez Psicología Infantil: Mi hijo me desafía, ¿qué puedo hacer?Miriam Martín Bernárdez.
Psicóloga colegiada (nº colegiada: M-24912), Especialista en Psicología Forense y Experta en Trastornos de Personalidad. Además de ser Técnico en Mediación, poseo el título de Especialista en Intervención en Crisis, así como una amplia experiencia en el ámbito de la psicología tanto infantil como de adultos. He trabajado en el Teléfono ANAR de Ayuda a Niños y Adolescentes en Riesgo, así como realizando tratamiento psicológico en Centros Penitenciarios. Actualmente estoy colaborando con Psicólogos Sin Fronteras en un proyecto llamado “Psicología en Tiempos de Crisis”, dando apoyo psicológico a personas que han sufrido una situación de desahucio. También me encuentro desempeñando mi trabajo como Psicóloga en la empresa de Avanzamos Psicología en la zona sur de Madrid.

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